martes, 13 de octubre de 2015

FINAL DEL TÚNEL

   

   No sabe que sonido suena más fuerte: si las gotas que caen frente a sus deportivas o el eco de éstas al estrellarse en el suelo. "Plic, plic": caen en esa tubería cerrada, con un solo camino a seguir. Abruptamente, como queriendo abrir un túnel a sus pies tras cada caída, en un goteo que se pierde en el eco. Al pasar bajo la grieta del techo, puede sentir como dos o tres gotas le mojan el brazo y se deslizan hacia las puntas de sus dedos.

  Camina sin mirar atrás. Fácil sería hacerlo, pero da pavor encontrarse con los fantasmas pasados ahora que están olvidados y tan lejos de lo que una vez fueron. Sigue la luz que se abre ante sus ojos con la respiración entrecortada, parándose cada ciertos pasos atento a ese ruido que lo acecha a sus espaldas y que intenta congelarle en medio del camino.

   El final del túnel está cerca, casi lo toca con la punta de los dedos. Y esa respiración nauseabunda en su nuca sirve para avisarle que aún le persigue y que ya casi lo alcanza. Al final del túnel...al final de él...no hay sino una luz presa entre barrotes, opuesta a cualquier escapatoria.