Todo sea dicho: llegó tarde a la sesión. La cosa no empezó bien, al menos yo con ella nunca empiezo bien las cosas. Tiene esa capacidad para chocar conmigo en todo: las protestas son gratuitas lleve ella o yo razón, la cuestión es molestarse. Esos "5 minutos más" al despertador se convirtieron en unos cuantos más para ella y en una eternidad para mí. Reconozco que pasado el enfado previo con ella y una vez en el lugar donde hicimos las fotos, me tuve que pelear con ella, con el reflector, con las manadas de viejecitos que hacen rutas turísticas por los parques y con la hierba mojada que consiguió que me empapase culo y rodillas por igual.
Sí, la odio. Pero luego me salva la mañana con su estilo.
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