jueves, 31 de diciembre de 2015

DE LOS BESOS QUE TE DEBO



   De los besos que te debo, el primero.

   De las luces de Madrid que se proyectan desde un cuarto piso, desdibujadas, a través de tu ventana. Protegidos del frío, del ruido de la ciudad. Ha sido la mejor noche para huir de ellos.

   De tu perfume que se hace okupa en mis manos y permanecerá en ellas tiempo, para cada vez que acuda a ti cuando no estés. Buscándote en esencia sobre ellas, con tu olor en mi ropa y en las manos.

   De ese primer contacto de mis labios con tu piel. Desde la punta de tus dedos oteando hacia arriba y subiendo poco a poco, con paciencia, atendiendo a cada detalle y movimiento que nace de tus tobillos a tus piernas...y a través de ellas.

   De cada pequeño rincón besado. De un sutil giro para no olvidar resquicio alguno en la escalada hacia tu espalda, en los espacios olvidados a menudo en ella. 

   De cada esquiva que hago en el lienzo dibujado entre tatuajes. Un camino improvisado entre caricias y besos a la par. Con tu respiración haciéndose intensa a cada segundo que corre.

   De los hombros sobre los que cargamos el peso de nuestra vida, con mis labios beso a beso en ellos mientras mis manos vuelven loco tu ombligo. No sabes lo que te pierde más hasta que suben haciendo surcos hasta tu pecho.

   De las puntas teñidas de tu pelo que me hacen cosquillas en la cara y sin mediar palabra alguna.

   De tu cuello violado por mis besos hasta llegar a tus labios.

   Del primer beso de tres que te debo que ahora se congela en el vaho de la ventana.

   De tus labios rojos que permanecerán inmortales en esta fría noche.

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