Siempre pensé que hacer fotos, cliquear al modelo y fusilarlo a ráfagas sería "el entusiasmo perdido". ¿Pero y si sujetar el reflector y ser el asistente durante las sesiones fuera la verdadera motivación de hacer esto?
¡No puede ser tan sencillo! ¡Por Dios! Los profes de Educación Física son futbolistas frustrados. Los enfermeros, médicos frustrados. Los fotógrafos frustrados, ayudantes de fotografí....valeeeeee, ¡ya paro! ¡Antes de que vuelen los cuchillos! ¡En mi defensa diré que mis últimas veces he sido ayudante, eh!
Durante la última sesión de fotos se pudieron aprender varias cosas, entre ellos que rellenar con un reflector puede ser más difícil de lo que parece y todo sea dicho, nuestra labor el día de mañana también.
Que los flashes portátiles se pueden caer debido a un viento "juguetón" ya es de bueno sabido. Aún así, los reflejos no estuvieron mal cuando uno de ellos iba de cabeza contra el suelo.
¿Qué más? ¡Hmm! ¡Hacer pesas! Si comprarse cámaras profesionales supondrá un incremento de peso del equipo, entonces mi bracito escuchimizado va a tener que crecer en ancho o se tronchará en cuanto intente levantar la cámara. Al coste del material, reflector, lámparas, tarjetas, discos duros, objetivos y un largo etcétera no barato, añadimos una inscripción al gimnasio del barrio. Si no tengo éxito con la fotografía, al menos intentaré conseguir un cuerpo de culturista...
Mención especial al fotógrafo, que supo compartir la sesión: gracias. Y como no: a la pareja. Gracias por ayudarnos a desoxidarnos un poco.
Alguna foto robada se pudo hacer en los despistes de los modelos. ¡Qué! ¡A qué vienen esas miradas acusativas? (¿Existirá esta palabra?) De eso va el blog, de cosas robadas, ¿no?
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