No dejes que mis manos te confundan, se
muestran claras y no se guardan nada. Desde tu frente, la mano derecha
se lanza con su dedo índice acariciando tu nariz en una bajada sinuosa.
Se junta, de nuevo, con la otra mano arriba. Serpentean por debajo de
tus ojos que han decidido cerrarse y concentrarse: dejar de ver para
poder sentir. Corazón, anular... tontean y coquetean con tus pómulos.
Sonríes, exhalando un suspiro a modo de aprobación. Y aquellos dedos
traviesos han parado a tu barbilla sin darte cuenta, rodeándola en
círculos y amenazando con bajar hacia tu sabroso cuello.
¿Pero qué viaje
sería éste sin hacer una parada en tus labios? Qué sabrosos parecen ser
ahora, tan deseosos e impacientes. No se han probado aún en demasía,
pienso, a pesar de los miles de pequeños besitos que te robaron en un
momento de descuido. Y mis dedos juguetones acarician su contorno. Los
saborean sin besarlos y los humedecen sin apenas tocarlos. Los violan
con ternura de lado a lado con sólo el tacto para parar en medio de
ellos. Y en un gesto de silencio se yergue en ellos.
Sshhhh, calla.
Silencio, ssshhhh, sólo permitirán un jadeo.
Ssshhhh, calla: haciéndonos
cómplices del momento.
Deslizo ahora el dedo posado, bajando
traviesamente tu labio inferior y soltándolo de forma suave pero
repentina, provocando una sonrisa traviesa en ti. Y estas manos se
dirigen peligrosamente hacia abajo, al punto más dudoso de la ecuacion.
El órgano más querido, por mucho que quieras restarle importancia. El
que late y bombea, que provoca sentimientos.
El que hace que esta
historia se revolucione por momentos: dichoso corazón que sientes... que
dueles. Capaz de que cada beso provoque otro, que cada caricia mendigue
más y más atención y de recordarte cuando no estás. De odiarte y de
quererte, de echarte de menos y de ¿por qué no?, olvidarte. Pero no: te
quiere y te prefiere, te siente entre tanta herida. Le gusta. Ahora
dime, tú, acerca de nuestro corazón: ¿amigo o enemigo en el amor?
🖤❤️
🖤❤️
No hay comentarios:
Publicar un comentario